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SERGI PASCUAL

Masajista en Masaje Tailandés Terapéutico

Terapeuta Gestalt

Acompañamiento Psico-Corporal y Emocional

Formador en Escuela de MasajeTailandes.Cat

Utilizo el masaje tailandés en la prevención y el tratamiento de dolores y como medio de acompañamiento en desbloqueos y tránsitos emocionales,  adecuándolo a la necesidad de tu momento presente.

Masaje Deportivo, Tailandés Tradicional, Tailandés Terapéutico, Masaje para el embarazo, Masaje Sensorial, Masaje 4 elementos

Escuela de Masaje Tailandés estilo Contact Thai

Retiros y Talleres de Masaje Tailandés

Retiros y Talleres de Masaje para Parejas

Experiencias Thai

¿Necesito un Masaje Tailandés?

Son muchas y muy diversas las razones por las cuales recibir un masaje tailandés es beneficioso para la salud. Desde razones más amplias como la sensación de paz y sosiego que se siente al finalizar una sesión y que inciden en un mejor equilibrio físico, mental y emocional, hasta razones más concretas como el tratamiento de dolores articulares o musculares mejorando la flexibilidad de músculos ligamentos, tendones y fascias.


Siendo tan diversas las razones, y tan completo el masaje, puedes llegar a preguntarte ¿para qué quiero o necesito yo un masaje tailandés? Creo que, independientemente de las razones obvias y que el cuerpo no parará de señalar hasta que le prestemos la atención que requiere, una de las respuestas que nunca nos damos es “para tener un momento de silencio y estar conmigo mismo, para disfrutar de un momento de descanso, de una parada en el camino mientras me permito el gozo del contacto”.


Esto que podría parecer una cuestión tan baladí, estoy convencido que es el meollo de la cuestión, pues generalmente, andamos tan ajetreados en el hacer que nos olvidamos o no nos permitimos parar, descansar, respirar y ser tocados por la vida, en vez de insistir en ir detrás de ella

Entonces, a la pregunta ¿para qué un masaje tailandés? la respuesta esencial es “para tener un momento de silencio y estar conmigo mismo”, encuentro aquí justamente la esencia del masaje, la esencia del acompañamiento que realizo, pues me centro en que recorras el camino de soltar y procurarte estar en paz, sin más intención, sin más propósito que gozar de cada presión palmar y estiramiento de tu cuerpo, respirando lenta, profundamente y soltando, en cada exhalación, las tensiones internas; muchas de ellas inconscientes.


Llegar a ese lugar de descanso real, no se consigue con uno, dos o tres masajes, pues es necesario realizar un proceso que va desde el permitir ser tocado y manipulado dejando atrás la anticipación y el control, hasta la entrega absoluta e incondicional al momento presente, permitiéndose respirar y estar con lo que se está, sin contención y sin constricción.

Desde razones más amplias como la sensación de paz y sosiego que se siente al finalizar una sesión y que inciden en un mejor equilibrio físico, mental y emocional, hasta razones más concretas como el tratamiento de dolores articulares o musculares mejorando la flexibilidad de músculos ligamentos, tendones y fascias.

La primera vez que uno recibe un Masaje Tailandés, pone una serie de expectativas en funcionamiento que revierten en un control inconsciente de “lo que a uno le están haciendo”.

 

Sin darse cuenta, algunas personas anticipan los movimientos del terapeuta, otras se disponen a ayudar no dejando totalmente el peso corporal, otras comparan las técnicas con otros tipos de masajes recibidos o se ponen a hablar sin darse ese tiempo a sentir, notar y respirar.

 

Éste suele ser el punto de partida, independientemente de la condición física, dolencias y edad de cada uno.

El camino a recorrer es el de conectar de nuevo con la propia respiración aprendiendo a realizar respiraciones completas   desbloqueando principalmente el diafragma con todo lo que conlleva tanto a nivel físico como emocional.

 

Otra parada en el camino será lo que suelo llamar la reconciliación con la fuerza de la gravedad, que no es más que dejar sentir el peso del cuerpo sin pretender modificar ni realizar esfuerzo alguno; parece fácil y no lo es.

 

También es importante recuperar el centro de gravedad del cuerpo realizando un lento trabajo de reeducación postural. Y todo ello para lograr, en definitiva, lo que llamamos “habitar el cuerpo” es decir, volver a   tener consciencia del cuerpo para darnos cuenta en que momentos nos tensionamos y nos hacemos lo que nos hacemos.

Y es a partir de este punto de inflexión, desde el momento que uno toma consciencia de cómo se tensa, que comenzamos a realizar un trabajo de profundizar en la relajación para entrar en un estado meditativo en el cual uno “duerme sin estar dormido”.

 

Cuando esto ocurre, el Masaje Tailandés pasa de ser una práctica meramente física a ser una práctica espiritual que repercute positivamente en el humor y vitalidad de la persona, y en la manera de afrontar la vida cotidiana.